Eran pasadas las nueve de la noche en mi casa del
municipio de Nueva Paz, ubicado ahora en la recién creada provincia Mayabeque,
antes La Habana
; nos sentamos a degustar el exquisito manjar que mi madre había preparado para
darnos la bienvenida después de un viaje de varias horas en aeropuertos
mexicanos.
Encima de la mesa estaban listas las fuentes con frijoles
negros, carne de cerdo asada en cazuela, arroz blanco, plátanos maduros fritos,
yuca con mojo (vinagreta cubana), -que no puede faltar en las fechas de fin de
año- y ensalada de estación con aguacate, pepino y tomate. Poco a poco fuimos
devorando y celebrando cada platillo, mi madre sonreía orgullosa de su buena
sazón en cada comentario. Para los amigos de México la comida en la isla es
bien intensa en sabores. Al terminar, una buena sobremesa para ponernos al día
de los últimos meses antes de ir a dormir.
En la mañana decidimos regresarnos a La Habana , 71 kilómetros de
regreso a la capital de Cuba, quedaba menos para el estreno mundial del
documental "Humberto", teníamos que ultimar los detalles de la
presentación en el Multicine Infanta del barrio de Centro Habana.
Entre reuniones, almuerzos y encuentros con amigos iban
pasando las horas. Uno de los amigos que viajó a La Habana para la ocasión fue Julioeloy
Mesa diseñador gráfico del documental y de grandes filmes cubanos, hacía 20
años que no regresaba al país. Su reencuentro con la ciudad, conocidos,
amistades y familiares fue emotivo, sentimientos del presente que se
entrecruzaban con el pasado para dejarle el sabor agridulce de lo que ya no
está o no existe.
Ya eran las 2:00 PM, del 7 de diciembre de 2013, faltaba
menos para el estreno. Los amigos de Campeche y Monterrey, México; Madrid,
España; París, Francia; Austin, USA; Santiago de Cuba y La Habana , Cuba; se iban
incorporando al evento. A medida que se acercaba la hora de la proyección (3:00
PM) el público se fue haciendo presente en las afueras del cine, cinéfilos,
amantes de la obra de Solás, su familia, staff, actores, colaboradores y personas
deseosas todas de ver el tan anunciado filme.
Poco a poco fueron entrando, había que subir hasta el
tercer piso del edificio cinematográfico, allí estaba la sala. Al llegar cada
quien buscaba la butaca exacta donde pudiera estar cómodo, de pronto se detiene
el flujo de la gente, habían detenido el paso de los que querían ver la
película, ya no había cupo, se habían agotado los espacios libres. La sala 3
del recinto no fue suficiente, una buena cantidad de público no pudo entrar a
la primera presentación de “Humberto” en el marco de la edición 35 del Festival
Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Muchas interrogantes entre los
que se dieron cita allí y no pudieron pasar: ¿Por qué solo esa sala?
¿Habilitarán otra para poder ver el documental? ¿Donde más se presentará? Una
fila gigantesca quedó en espera, doblaba la calle.
Se cerró la puerta de la sala, comenzó la presentación de
cada uno de los integrantes del equipo que allí estaba. El destacado crítico de
cine cubano Luciano Castillo nombró a cada uno de los que participamos en esta
aventura de cuatro años donde entrevistamos a los principales actores, actrices
y técnicos que laboraron con Humberto Solás, ícono del cine cubano e
hispanoamericano. Al igual que él, en su momento con su cine, Carlos Barba
Salva nos convocó a todos para colaborar en el proyecto que ya vería la luz en La Habana de Humberto.
Todos aplauden al equipo, al final del discurso de
presentación se apaga la luz de la sala. Entre risas, llantos y recuerdos nos
entregamos a cada imagen, a cada testimonio sincero que nos develaba lo vivido
en la realización de cada largometraje de ficción hecho por el cineasta Solás.
Aunque había visto más de una vez el documental siempre me desborda la emoción.
Después de casi dos horas de proyección y durante los créditos de la cinta el
público se puso de pie y aplaudió, por espacios de 5 minutos o quizás más,
mientras leían atentamente cada nombre en la pantalla como agradecimiento al
testimonio fílmico presentado.
Al final las fotos con el joven realizador Barba y los
comentarios de todos allí que no se hicieron esperar: “Un documental sincero,
fuerte y sin concesiones, que no solo habla de la historia cinematográfica de
Humberto Solás sino del cine cubano y de Cuba en sus últimos 55 años”.
Y entre flashes de cámaras, abrazos, besos para Carlos
Barba Salva y el equipo, desde mi posición, no muy lejos del realizador, veo un
rostro entrado en años, pero aun bello, que se le acerca, la reconozco, es la
gran actriz alemana Hanna Schygulla, musa de Rainer Werner Fassbinder quien apenas había llegado a La Habana para presentar en el
mismo festival una de sus obras junto a la actriz cubana Alicia Bustamante
quien fuera entrevistada en su momento para el documental. Allí estaba Hanna
quién aun cansada por su viaje desde París no quiso perderse lo que acababa de
suceder, entre el bullicio y los saludos observo que ambas actrices se abren
paso para llegar a Barba. Alicia presenta Hanna, ella se acerca al joven
realizador: “he descubierto a Humberto, visitaré sus películas”. La conmoción
no se hizo esperar entre los que rodeaban a los protagonistas de ese momento
tras esa declaración de una de las divas mundiales del séptimo arte.
Después de terminada la proyección todos con la energía
de un estreno salimos a la calle, éramos veintidós amigos reunidos que nos
dirigimos a un restaurante para celebrar el momento. Caminamos unas tres
cuadras para llegar al barrio del Vedado. Entre cervezas Cristal
(producto cubano) y jugos para otros, brindamos por el éxito. Nos dio las tres
de la madrugada, había que guardar energías para el día siguiente. (...cont)